Queremos contribuir desde nuestras profesiones al cuidado del planeta, además poder generar un impacto positivo en poblaciones vulnerables como son las madres cabeza de familia de las plazas de mercado de Pasto, esto lo podemos conseguir a través de la economía social y solidaria que se basa según (Manríquez, 2017), en una economía alternativa autónoma no excluyente que aporta a un cambio sustancial en los comportamientos sociales de los implicados, apoyada en la asociatividad, la participación democrática, los valores de cooperación, solidaridad, justicia, en función de un desarrollo sostenible a nivel personal, colectivo y territorial de estas comunidades, haciendo diferencia sustancial a la tendencia o modelo de acumulación de riqueza.