El sector primario desempeña un papel fundamental en garantizar la seguridad alimentaria de nuestro país. Tan solo la pesca ribereña genera entre 250-300 mil empleos(1), aportando el 23% de la producción pesquera nacional. Desafortunadamente, la situación actual de las comunidades costeras es difícil; los pescadores pertenecen al sector informal, no cuentan con un salario fijo y sus ganancias diarias se basan en el valor de la captura diaria; además, carecen de información para tener acceso a beneficios, prestaciones y apoyos. A raíz del COVID19 la demanda de sus productos pesqueros se extinguió al verse cerrados mercados, restaurantes y comercios locales. Nuestro reto es encontrar plataformas y puentes que nos permitan conectar a pequeños productores con consumidores finales e intermediarios que consideren la sustentabilidad y bienestar de las personas, así como aportar ideas que garanticen un nivel de ingresos y vida digna a través del consumo justo, apoyos gubernamentales y otros.