Podemos hacer como Natalia motivando con el ejemplo a que muchas más personas tomen conciencia de la diversidad. La ayuda es siempre recíproca. Uno da y recibe al mismo tiempo. Vivimos en interacción. Existimos para los otros, sin ellos no somos. Natalia se enriquece intelectual y espiritualmente apoyando a su amiga que quiere igualmente aprender y dar de sí.

Es increíble cómo Natalia con su paciencia y cariño ha ayudado a su amiga a avanzar en sus estudios y romper con la discriminacion

Sería bueno que Natalia sirva de motivación para guiar a otros jóvenes a ser solidarios y ayudar a quienes tienen alguna discapacidad, porque además esto le ayuda a ello a crecer como personas y valorar todo lo que tiene.