A la gente de los campamentos les gusta ir a la feria porque hay productos más baratos y son amigos de los caseros. El gran problemas es que muchas veces les venden productos vencidos o de mala calidad y esto no se puede detectar a primera vista (por ejemplo la carne).
Mi idea consiste en crear un dispositivo que sólo poniéndose en contacto con el alimento, diga si está malo o bueno in situ. Así, evitamos que la gente se enferme y que ahorre dinero si es que tuviera que botar algo malo.