Busca entregar a nuestros niños y niñas conceptos más profundos sobre cómo nos relacionamos con el uso de los bienes y servicios que nos rodean y la importancia y repercusión en nuestro ser y en nuestro entorno. Si logramos incorporar en los niños desde pequeños la importancia de “ocuparse” y hacerse cargo de cómo ellos influyen con acciones desde las más básicas como apagar la luz, desenchufar electrodomésticos, lavarse los dientes con el agua cerrada, reciclar, hacer compost, alimentarse sanamente etc… estas acciones repercutirán positivamente a su favor en el desarrollo de su vida y de esa forma al llegar a adulto, convencidos que este es el modelo de una vida sana, serán actores consientes y activos protagonistas del cuidado del medio ambiente. Gracias a este proyecto específico, podremos pasar de una educación del cuidado del medio ambiente más verbal a una de acciones concretas y posibles de replicar en sus vidas, pudiendo a la vez medir su efectividad.