La idea consiste en envasar un alimento, por ejemplo miel, en un recipiente reciclable de polipropileno y polietileno de alta densidad. Al terminar el contenido de la miel éste envase no se desechará, se reutilizará para sembrar semillas de alguna planta (decorativa, legumbre, especia, etc.), flor o árbol. Se proporcionará en el mismo envase las semillas acompañadas de instrucciones de cultivo, riego y cuidado de éstas. Ésta idea puede extrapolarse a la venta de otro alimento como el poroto, arroz, azúcar, mermelada, mote, avena, lenteja, harina, hierba mate, etc., que se comercializan en envases plásticos que generalmente no son reutilizados ni reciclados aumentando los niveles de contaminación. De este modo se crea un impacto: Social: apoyo al apicultor/agricultor y crea conciencia social-ambiental. Ambiental: disminuye contaminación con plásticos de difícil degradación y fomenta el cultivo de plantas, flores y árboles. Económico: genera rentabilidad.