El abordaje de la cultura, los imaginarios y las representaciones sobre lo campesino contribuyen al arraigo juvenil, se requiere ir más allá de las condiciones objetivas o estructurales de la vida rural por lo cual le apostamos a la construcción de narrativas positivas sobre el ser campesino y resignificar todas aquellas que han construido al campesino como pobre, ignorante y atrasado. Ajustar la educación rural a una educación que arraigue, que genere capacidades contextualizadas que ayuden a articular los conocimientos tradicionales y locales con los conocimientos científicos y tecnológicos.