Básicamente, gracias a la Ley de Moore que nos permitirá hasta unos 15 años poder tener una duplicación de los transistores cada 18 meses en promedio, podremos aprovechar aquello para el desarrollo y mejora de los sistemas de transporte, cultivo, agua, modificación de la genética, impresión 3D orgánicos como inorgánico, drones comerciales, millones de sensores que nos permitirán comunicarnos de manera más cuantitativa con el entorno el cual vivimos (temperatura, humedad, ritmo cardiaco, estado físico, control de muebles e inmuebles), big data y una digitalización evidente de la moneda, esto nos evidencia que se tendrá un control y manejo absoluto de la información al alcance de la mano, por lo que la adaptabilidad a las nuevas generaciones de consumidores será sumamente necesaria