Como consecuencia de la pandemia, artesanxs y artistas callejerxs de Colombia han reducido sus ingresos por el cierre de espacios de venta presencial. La situación es más grave para aquellos que vivían en condición de vulnerabilidad, como lxs creadorxs indígenas o LGBTI. Muchxs vendían a turistas, que tardarán en visitar al país. La mayoría produce bienes decorativos, que ahora son prescindibles, porque la gente invierte más en lo utilitario. Los compradores nacionales están más empobrecidos, pero tienen disposición a invertir en productos locales y apoyar a los más afectados por la crisis. En este marco, nuestro proyecto busca acercar a quienes producen, comercian y compran para que se relacionen de manera distinta: más inclusiva, más creativa, más responsable.